domingo, 7 de abril de 2024

Aracena, Cortegana y Osuna

Para nuestro aniversario de boda realizamos Pepi y yo lo que ahora llaman una escapada de fin de semana. Exactamente fue eso.

Sofía y Miguel nos habían regalado para el día de Reyes uno bono de hotel canjeable por un alojamiento y desayuno a elegir entre un buen número de hoteles.  Tras muchas indecisiones al final elegimos uno situado en Aracena (Huelva), el Hotel La Era de Aracena, que completaba su apellido con el adornado anglicismo de Adults Only, que imagino que básicamente era así porque las habitaciones no son muy holgadas de espacio y no cabe ninguna cama supletoria. 

Así que después la jornada de trabajo del viernes, comimos algo ligero en casa, nos despedimos con muchos besos de los niños y nos metimos en la carretera. En el frigorífico le dejamos comida para un regimiento y algo de dinero, porque bueno, el dinero nunca viene mal y te puede solventar algunos inconvenientes, especialmente los alimenticios. Más felices que unas pascuas se quedaron. Tres horas y media más tarde estábamos entrando en el aparcamiento del hotel. El hotel no estaba completo.  

Habíamos decidido quedarnos a cenar en el hotel. Después de una jornada laboral y el trayecto en coche no nos apetecía otra cosa. Algo de relax y buen yantar. Así que en el restaurante del hotel con unas patatas fritas con jamón de jabugo, un secreto ibérico y una buena cerveza terminamos de aclimatarnos al fresquete de la sierra.

El sábado levantamos pronto para aprovechar el día. Tras desayunar algo ligero en el hotel bajamos al centro para comprar las entradas de la Gruta de las Maravillas. Nos habían dicho que por la mañana temprano ponían algunas entradas a la venta. Y bueno, como somos un poco cagaprisas, especialmente yo, llegamos los primeros, porque queríamos elegir una visita por la tarde. Así lo hicimos.

Pasar por la calle Pozo de la Nieve, que es la que lleva a la Gruta de las Maravillas es como perfumarse en jamón de jabugo. Todo el pueblo desprende un olorcito entre horno de leña, jamón y tocino. Casi que te puedes alimentar solo pasando por la calle. Pero realmente lo que te produce es que te pasas el día con el apetito abierto. En la Plaza de San José encontramos salpicadas un buen número de esculturas. La mayoría me gustaron mucho.

Cogimos el coche y fuimos a Cortegana. En media hora estábamos allí. Lo primero que hicimos fue subir al castillo y desde allí disfrutar de las vistas al pueblo. Hacía un vendaval. Era imposible que Pepi posara para una foto sin que el pelo le tapara la cara. El castillo estaba muy bien cuidado incluso poseía un exposición de monedas antiguas. 

Bajamos al pueblo y vistamos la Iglesia del Divino Salvador, cuyo interior era bastante austero. Paseamos por el pueblo, hasta llegar a la Ermita de San Sebastián, incluso vimos algunos ejemplares de la ruta de los mosaicos empedrados. Como hacía fresco, nos detuvimos a  tomar café en el antiguo casino, situado en la misma Plaza de la Constitución y aunque nuestra primera idea era ir seguidamente a Almonaster la Real, decidimos regresar a Aracena ya que teníamos mesa reservada para comer allí y no queríamos llegar tarde.

Llegamos incluso antes de  tiempo a nuestra mesa en el Restaurante Jesús Carrión. Hacer turismo abre el apetito. Estábamos de aniversario: veintidós años de casados. Había que celebrarlo. Un plato de jamón de jabugo 100% ibérico, unas croquetas de jamón ibérico que si no eran las mejores que he tomado en mi vida, andaban bien cerca. Un ajoblanco con vieira y wakame que nos pareció sublime. Como plato principal me pedí un solomillo ibérico con salsa de setas que no pude terminarme. Para terminar una tarta de queso y almendra amarga puso el broche.

Para bajar semejante homenaje dimos un paseo hasta el Museo del Jamón, hicimos la visita y regresamos al centro pues teníamos prevista una visita en La Gruta de las Maravillas, que según nos habían contado era una visita imprescindible. Además como en las últimas semanas había llovido, ahora la gruta era más hermosa si cabe, porque el agua filtrada aporta un atractivo más. 

Lo cierto es que a la gruta le pusieron ese nombre por algo. Es de una belleza natural sublime. Quedas maravillado mires hacia donde mires. Por mucho que lo expliquen, por muchas aportaciones que te ofrezca el guía, al final, quedas boquiabierto por lo que ves. Es casi un kilómetro y medio en recorrido circular originado -según contaron- por la erosión de las aguas de rocas calizas y por su cavidad freática. Un milagro de más de 500 millones de años de antigüedad. Dependiendo del tipo de piedra la erosión causa unos efectos distintos, por eso cada sala tiene nombre distintos, que son intuitivos según su aspecto: la Sala de las Cochas, Salón del gran Lago, Salón de los desnudos o la Cristalería de Dios. Mi recomendación es que nadie se la pierda. Es una visita de aproximadamente 50 minutos que bien vale su precio.

En la esquina opuesta de por donde entramos a la Plaza del Marqué de Aracena está la Confitería Rufino que, según reza en su fachada, fue fundada en 1875 y su especialidad son las yemas de huevo. Nos llevamos una cajita para casa y también tomamos un café, e incluso Pepi quiso tomar un pastelito. Siempre hay un hueco para un pastel.  Regresamos al hotel, el día había sido largo y tocaba descansar.

Comenzamos el día con energía renovadas. Recogimos las cosas, metimos las maletas en el maletero del coche, liquidamos con el hotel y fuimos a buscar el desayuno a una churrería en la entrada del pueblo. Tras unos churros con chocolate la siguiente parada era Osuna, en la provincia de Sevilla. Tan cerca y nunca la habíamos visitado. Osuna es últimamente conocida como "la Petra de Andalucía" por unos relieves que hay en una antigua cantera desde antes de su ocupación romana.

La visita es guiada y muy interesante además de divertida. Es impresionante por el tamaño general de la cantera y la altura de sus paredes. La historia que cuentan es sorprendente y muy didáctica sobre los tiempo que vivimos.

Osuna es, según National Geographic, uno de los pueblos más bellos de Andalucía, y según la Unesco, posee una de las calles más bonitas de Europa, la Calle San Pedro. Doy fe que bonita es. En definitiva Osuna es un pueblo con edificios renacentistas como la Colegiata de Santa María, que no pudimos visitar porque ya había cerrado, más de una veintena de iglesias, monasterios y conventos.  Decidimos pasear y callejear por el centro hasta llegar a la Plazuela Salitre, donde está el Restaurante Casa Curro, donde tomamos unas alcachofas confitadas con jamón y foie para chuparse los dedos.

La escapada ya estaba echada. Dos días completos disfrutando de la vida. Cosas que te vas a llevar encima y que no te podrán robar. La única manera que conozco de ganarle la partida al futuro. Vivir el presente.

Pd: Estábamos locos por ver a los niños.


domingo, 24 de marzo de 2024

A Algeciras con el Málaga

Una de las pocas cosas buenas que tiene que tu equipo de fútbol esté en una categoría inferior es que las distancias se acortan. La antigua Segunda B, o la Primera Federación -como la denominan ahora- al final hace que las distancias se reduzcan, pues hay dos grupos para toda España. Si bien hay veces que los desplazamientos son largos y engorrosos otras veces son cercanos.

Esta temporada el Málaga tiene como rivales equipos como el Antequera, el Córdoba, el Granada B, el Ceuta o el Algeciras. Mi idea era poder asistir a algún partido para seguir al Málaga como aficionado visitante, pero no es tarea sencilla porque se tienen que dar muchas casualidades. La principal es que no sea entre semana, porque entonces el desplazamiento queda descartado. La siguiente circunstancia que se tiene que dar es que no tengamos ningún evento familiar a la vez, lo que lo complica todo mucho, además Miguel está federado y juega casi todos los fines de semana. El asunto es que se tiene que dar todo lo anterior y que él pueda jugar un sábado y el partido se dé un domingo, o viceversa.

Así que hemos estado atento al calendario, y por fin en marzo pudimos hacerlo posible. Jornada 29, partido en el Nuevo Mirador de Algeciras, sábado por la tarde, a las 18:00. Horario adecuado para ir con la familia a comer a Algeciras, hacer algo de turisteo y a ser posible celebrar una victoria del Málaga.

Llegábamos al partido en buen momento después de ganar 1-0 en casa al Intercity, y con el equipo clasificado en cuarto lugar con 12 puntos de margen sobre los puestos que dan acceso a la lucha por el ascenso y a 5 puntos del Castellón, que es el que mantiene la primera posición que da acceso directo a Segunda División. Un objetivo complicado, pero no imposible.

El Algeciras también venía de ganar en casa, 2-1 al Linares. El Algeciras disfrutaba de dos partidos seguidos en casa. El calendario es así de caprichoso. Además estaba séptimo en la clasificación, a cuatro puntos de los puestos que dan acceso a la lucha por el ascenso y que ostentaba el Recreativo de Huelva. El partido tenía todos los alicientes para ser un partido disputado. Y lo fue, aunque lo cierto es que fue bastante aburrido. 0-0. Al menos puntuar fuera no está mal, pero el sueño de ascender directos se esfuma.

Mi sobrino y mi cuñado -que también son malaguistas- se apuntaron y finalmente compramos las entradas por Internet y fuimos en dos coches, con las dos familias. Encontramos aparcamiento  en el mismo puerto, y reservamos en un restaurante marroquí, La Flauta Mágica, que había recomendado Arturo Pérez-Reverte en su cuenta de redes sociales. Lo cierto es que comimos estupendamente y estuvo bastante bien de precio. Antes tomamos unas tapas en la Plaza Alta, y paseamos por el centro hasta el Parque María Cristina. No diría que Algeciras es una localidad cautivadora, pero sí tiene vida, y posee el atractivo de estar situada en una bahía.


domingo, 10 de marzo de 2024

Supersuckers en el Louie Louie (Revisited)

Que los viejos rockeros nunca mueren es una de las frases más manoseadas de la historia de la música, y es tan manoseada porque, en parte, es cierta. Es posible que Supersuckers no sean tan viejos como para que se les pueda atribuir tan severa sentencia, pero al ritmo que van (crucemos los dedos) tienen pinta de que nos van a durar para largo.

Supersuckers volvían al Louie Louie Rock Bar de Estepona y no me lo quise perder. Nunca es un mal día para ver a los de Arizona, y menos un viernes y a sólo una hora en carretera de casa. Habían planeado una extensa gira de ocho conciertos por España, empezando por Bilbao y pasando por San Sebastián, Vitoria, Logroño, Santander, León, Madrid, Jerez, Estepona, Valencia y terminar en Barcelona. 

Vinieron con el mismo formato que las veces anteriores. El trío formado por Metal Marty a la guitarra, Christofer "Chango" a la batería y Eddie Spaguetti a la voz y al bajo. La gira había tenido sus altas y bajas por el fastidioso Covid. Pero finalmente pudieron llevarlo a cabo, aunque fuese con retraso.

Los que conocemos a la banda desde hace años y los seguimos habitualmente tuvimos mucha suerte con el setlist porque lo variaron mucho de la vez anterior. De memoria creo que repitieron sólo tres canciones. Éste fue un concierto para todos aquellos que los seguimos desde hace años, y especialmente a los que amamos sus primeros discos. Comenzar con Caliente fue un guiño castellano a la gira, siguieron canciones tan poco habituales como On the couch, Sugie o She's my bitch. Disfruté especialmente con Santa Maria High y 'Till I die. Hubo un tramo que cantó Metal Marty que venía con un disco debajo del brazo y quería promocionarlo. Terminaron con Rocket 69, Pretty Fucked Up y su éxito Born with a tail. En esta ocasión tan sólo interpretaron una versión I can't hold myself in line

Fue un concierto rebosante de energía, como en ellos es habitual. No hay fallo. Si vuelven, pueden estar seguros que haré lo posible por estar ahí, porque Supersuckers no defraudan nunca. 


sábado, 2 de marzo de 2024

Alicia en casa

Ya he comentado antes por este blog que en marzo de 2023 Sofía hizo un intercambio cultural en la asignatura de francés con otro instituto de la localidad de Rouen, en la Normandía francesa. Primero ella fue allí, donde la acogieron una familia francesa durante una semana y unos pocos meses más tarde nosotros acogimos en casa a Clélia, a la hija mayor de la familia. En total las dos hicieron dos semanas de interacción. Allí en Rouen se supone que hablaban la mayor parte del tiempo en francés y aquí en español. Y más o menos, por lo que yo pude observar, lo cumplían en un alto porcentaje.

Quieras que no las chicas se van conociendo, y se van haciendo amigas. Y en el caso nuestro particular, Sofía congenió también con la hermana pequeña de Clélia, Alicia, que según nos contó era una niña muy cariñosa y divertida y que ambas se llevaban fenomenal. Sofía nos dijo en varias ocasiones que Alicia estaba loca por venir, y como hablando se entiende la gente, al final así sucedió. 

Acordamos unas fechas con sus padres y en febrero encontramos los días apropiados para todos. Como Alicia es menor y no venía alrededor de un intercambio organizado, sino que era un viaje particular, vino la madre a acompañarla porque no quería volar sola. La madre decidió volverse el mismo día, tan sólo le dio tiempo a almorzar algo típico en el chiringuito donde la llevamos, después de comer ya casi que era el momento de coger el vuelo de vuelta a París. Lo que se conoce como una visita exprés. Al menos acordamos que en la vuelta pasara una noche, y así no tuviera que darse tanta paliza.

No había excursiones preparadas, ni viajes organizados con el instituto, como era lógico, por eso nosotros nos quisimos encargar de preparar cosas para ella. Al día siguiente de su llegada fuimos a Nerja porque Miguel tenía un partido de su equipo (cadete de tercera, ganaron 0-4), seguidamente, como hacía un día estupendo visitamos Nerja, con su formidable balcón de Europa y la extraordinarias panorámicas que allí se pueden contemplar. Almorzamos por el centro y echamos el día allí.

Teníamos muchas actividades preparadas, cosas que Sofía le había contado que podíamos hacer y entre las dos se pusieron de acuerdo, y Pepi y yo dimos el visto bueno a lo que nos pareció apropiado. Un día  fuimos a desayunar churros con chocolate y seguidamente nos acercamos a Málaga, a patear todo el centro, visitar la catedral, tomar tapas, incluso un helado en Casa Mira y visitar una exposición de Eduardo Gruber en el CAC . Otro día subimos a Mijas, a disfrutar de las vistas. Otro a Córdoba a echar el día e incluso visitamos la Mezquita y probó un salmorejo cordobés o la tortilla en Santos. Otro día Alicia y Sofía fueron al Biopark, zoo de Fuengirola. ¡Se hincharon a helados! Y bueno pasamos unos días haciendo cosas un poco distintas, algo así como si fuéramos turistas residentes, hasta que finalmente vino su madre a recogerla y esta vez sí que pudo quedarse una noche con nosotros en casa y pudimos al menos pasear por Málaga esa noche.

Alicia es una niña muy alegre, y aunque al principio estaba algo tímida, poco a poco se fue soltando, y nos mostró lo dulce y cariñosa que es. Hicimos todo lo que pudimos porque lo pasara bien, y creo que se lo pasó estupendamente.


domingo, 25 de febrero de 2024

El camino de los ingleses - Antonio Soler

Es posible que El camino de los ingleses sea el libro más famoso de Antonio Soler, es posible también, que esto se deba, en parte, al empuje que una película (cuando es buena) da a un libro, y más especialmente si la película está dirigida por alguien con la fama internacional del malagueño Antonio Banderas. Lo cierto es que la novela no necesitaba ese empujón, ya venía de ganar el Premio Nadal, y Antonio Soler ya era un escritor reconocido y contrastado antes de escribir esta novela. En 1996 había recibido el Premio de la Crítica por su novela Las Bailarinas muertas,  y en 1999 el Premio Primavera con su siguiente novela El nombre que ahora digo. Credenciales suficientes para no necesitar nada más.

Comentó Antonio Soler en una entrevista que Antonio Banderas lo llamó, pasaron el día juntos, y que lo convenció, algo que según comentó el autor no era de extrañar, pues por todos es sabido que Banderas es famoso por su poder de seducción. La premisa era que Banderas tenía la intención de dirigir la película, pero quería que Soler escribiera el guion. Antonio Soler ya había trabajado antes como guionista y por lo tanto tenía experiencia, además era su novela. ¿Quién mejor? Ya digo que Antonio Soler accedió. Lanzó su novela, como si de un jarrón se tratase contra el suelo, y recogió los pedacitos que consideró y con ello montaron el guion, que fraguó en una película que se estrenó en 2006.

Es una novela ambientada en Málaga, donde unos jóvenes con un aire proustiano viven en ese momento en el que se comienzan a perder la inocencia, e inician su camino por la vida adulta. Los primeros trabajos, los primeros besos, sus relaciones, sus sueños... Es un libro coral, trágicamente divertido en el que el autor construye la identidad de una generación a través de unos personajes tan inesperados como extravagantes.

miércoles, 21 de febrero de 2024

Jay-Jay Johanson en Málaga

Me enamoré perdidamente de una canción. Me pasa a menudo. Me engancho a una melodía y ya no hay manera de sacármela de la cabeza. Haga lo que haga, está ahí, presente. En esta ocasión además era una canción extraña para mí. Quiero decir que se salía bastante del tipo de canción que habitualmente me hace cerrar los ojos y soñar. Normalmente esto lo consigue una canción de rock, con grandes voces, y guitarras contundentes y frecuentemente con rotundos y virtuosos solos de guitarras. Así me ha pasado multitud de veces. Desde la rebelde Cult Personality de los americanos Living Colour hasta el Walk On de la banda sueca Graveyard.  Uno tiene sus gustos y por mucho que quiera no puede esquivarlos. Las cosas son como son. Es simple.

Pero últimamente estoy observando que mis gustos, aunque siguen paseando alrededor del rock, se ven de vez en cuando distraídos por otros tipos de estilos. Y a pesar de que siempre he estado muy a favor de escuchar nuevas músicas y abrirme a estilos distintos, el tipo de canción que me atrapaba por los cuatro costados siempre eran del mismo palo. Pero esta tendencia o querencia ha ido cambiando últimamente, no es nada ni buscado ni premeditado, simplemente ocurre. Recientemente quedé prendado del candoroso tema de Lana del Rey, Margaret, y anteriormente por la tremenda maravilla que es El Manantial de Los Planetas. No puedo escuchar estas canciones sin sentir una emoción sobrecogedora.

La última canción que me tenía agarrado de un lazo, como un dueño pasea a su perro, fue la canción Smoke de Jay-Jay Johanson. Una canción con una base casi funky, con un toque jazz y una voz casi susurrada. No sé qué pasó, no lo sé. No puedo explicarlo. Sencillamente ocurrió, me encanta. 

Una canción te lleva a un disco y a un cantante, y esto a su vez, a veces, a otros muchos. Para mi sorpresa mientras yo estaba envuelto en el cálido humo de la canción,  anunciaron un concierto de Jay-Jay Johanson en Málaga. No podía faltar.

Esperé un tiempo por si alguien se quería apuntar conmigo, pero como nadie estaba por la labor, y a mí no me gusta convencer a nadie, ni estar en un concierto que a mí me emociona mirando el reloj, así que me dediqué a ir mirando día a día la web de venta de las entradas, para así comprobar que aún quedaban entradas a la venta en la web, y cuando ya quedaban pocas, no quise esperar más. Me decidí finalmente a ir solo. Compré una entrada suelta que había en una esquina de la primera fila. Como un niño con zapatos nuevos me planté en Málaga. 

Paseé por el centro de Málaga, con los auriculares puestos, la canción me llevaba, me guiaba. La gente iba andando de aquí para allá, yo flotaba frente a construcciones de otras civilizaciones como La Alcazaba o el Teatro Romano. Me senté a disfrutar de las vistas. Saber que en unos minutos podría escuchar al intérprete sobre un escenario tocar la canción, me tenía sobrecogido de emoción. 


domingo, 18 de febrero de 2024

Sofía en Roma

Una de las primeras consecuencias de que los años van pasando es que todos nos vamos haciendo mayores. Pepi y yo nos acercamos vertiginosamente a lo que se suele llamar amablemente la madurez, mientras que mis hijos pisan con suficiencia y elegancia la juventud. Las cosas como son. Ya me gustaría a mí estar en su lugar, especialmente en el de Sofía, que en estos días está de viaje de fin de curso por Roma y nos manda fotos que nos ponen los dientes largos. Es inevitable. ¿A quién no le gustaría visitar Roma o Pizza con diecisiete años? Yo, por ejemplo, a mis cincuenta y pocos aún no he visitado Pizza. 

Amo Italia, pero sólo he estado en dos ciudades: Roma y Venecia. Circunstancias de la vida. Mi mujer  visitó Italia en su viaje de fin de curso del Instituto, hizo un tour recorriendo el país que ni ella recuerda bien qué ciudades visitó (en esa época las fotografías eran escasas), así que durante un tiempo decidimos intentar no repetir lugares que ya conocíamos, pero ya el año pasado ya llegó el momento de poder visitar ciudades italianas. Ahora, a ver si la economía nos lo permite, aunque está complicado porque estos viajes de nuestros niños están realizando con sus institutos, aunque salgan económicos, no son gratis y alguien tiene que pagarlos.

Costeamos estos viajes con algo de envidia y también con la satisfacción de darles la oportunidad de hacer cosas que nosotros también hicimos y que, al menos en mi caso, han tenido un eco importante en nuestras vidas. Son vivencias irrepetibles y aunque ellos ya han viajado con nosotros, y muchas de las cosas que van a hacer, ya las han vivido, van a ser repetidas, ahora tienen la posibilidad de hacerlas por sí mismos, o casi. No con la supervisión constante de unos padres. 

Si no recuerdo mal mi primer vuelo fue a los dieciséis años, Pepi creo que incluso algo después. Tengo un movido recuerdo de mi primer vuelo en avión, pero es una larga historia que mejor cuento otro día por aquí. Ellos por suerte, o por las posibilidades actuales de encontrar vuelos a precios asequibles, han volado muchas veces y desde niños.

La novedad en realidad de esta entrada de blog, a lo que yo venía a poner mis ideas en orden aquí, es que Sofía está en Roma y como la echo mucho de menos, camino mis días entre nostálgico por no estar allí con ella, pero al mismo tiempo ilusionado porque sé que lo está pasando estupendamente. Esta casa sin ella está algo vacía. Falta algo, y es que Sofía se hace escuchar. Por eso ando algo apenado porque echo de menos por casa el derroche de energía que ella va despidiendo por donde quiera que va.  Es mi hija pequeña y eso lo será por siempre jamás. Antes se erosiona el Everest a que eso cambie.

Pd: Ardo en deseos de saber qué cosas se trajo en su cabeza desde su viaje italiano.



domingo, 28 de enero de 2024

Cala Vento en La Trinchera

Venía a Málaga la banda catalana Cala Vento, aunque esta vez cambiaron de local. Las dos veces anteriores yo los había visto en el Theatro Club, donde siempre habían llenado hasta la bandera.  También los disfruté, aunque fuera de la capital, en el Festival Cala Mijas. En esta ocasión tocaban en una sala de más tamaño, en la La Trinchera. Siempre me apetece ver a Cala Vento pero tras el festival donde los setlists suelen ser algo más breves, me dejaron con un poco más de ganas. Es lo que pasa con los límites de horarios tan habituales en los festivales. Para que entren todos, hay que apretarse.

Ocurrió que Iker tenía un par de entradas con invitación VIP para la Trinchera, una especie de balcón que hay sobre la entrada. Yo ya había estado antes ahí y no tuve queja del sonido, pero quieras que no tenía un poco de reservas de cómo se podría escuchar allí arriba, pero lo cierto es que sonó de maravilla. Por una parte hubiera preferido verlo abajo todos juntos, porque vinimos junto a Francisco y a Óscar, pero también era una oportunidad aprovechar para verlos desde allí, donde nos encontramos con Adolfo Díaz (cantante y guitarra de la banda de Estepona, Airbag) y Eric Jiménez (batería de bandas como Lagartija Nick o Los Planetas). Fue divertido compartir sala con ellos, especialmente con Eric que no paró de hacer el ganso.

De teloneros tocaron Austin TV, una banda mejicana instrumental de post rock que comparte sello discográfico con el dúo catalán, que calentaron el ambiente perfectamente para el concierto de Cala Vento. Tras su concierto se subieron al balcón para ver el concierto al lado nuestra.

Cala Vento fue salpicando las canciones de su último disco, Casa Linda -del que tocaron todos sus temas- con muchos de sus temas más conocidos de los discos anteriores, especialmente su anterior disco Balanceo. Temas como Un buen año, Todo, Abril o la reciente Ferrari o una canción que me encanta: Conmigo, consiguieron que pasáramos un rato estupendo, que es de lo que se trata.

Al final del concierto, en la zona donde venden merchandising nos hicimos una foto con ellos. Lo pasamos estupendamente.


lunes, 22 de enero de 2024

Colomares - Revello de Toro

Basta que una cosa sea accesible para que pierda interés. No digo que siempre sea así, pero muchas veces lo es. Al menos a mí me pasa.

Cerca de casa, en la localidad vecina de Benalmádena, está el Castillo Monumento de Colomares, tan cerca, tan fácil de visitar, que siempre vamos postergando la visita para otro día. Es como si lo cercano pudiera esperar indefinidamente. Siempre se encuentra algo mejor que hacer, algo más "especial" para visitar, si un día que no tengamos nada que hacer nos acercamos, cualquier día de estos lo visitamos... y casi sin darte cuenta van pasando los días, los meses y también los años. 

Pero ocurrió que un día nublado de enero, por fin, lo visitamos. El Castillo Monumento de Colomares es un pastiche de estilos que parece estar escondido entre varias urbanizaciones con cuestas y curvas. Y aunque su tamaño es importante, no se ve casi hasta que estás delante. El mudéjar, el gótico, elementos del románico en conjunto crean un decorado efectista, ideal para los tiempos tan fotogénicos que nos rodean. En cada esquina teníamos que ir parando para que los niños se hicieran una foto, aquí y allá, para subir a sus estados de Instagram. El conjunto es heterogéneo pero no está falto de encanto. Fue una visita curiosa.

Algo similar nos estaba pasando con el Museo Revello de Toro. Mi mujer y yo sí lo visitamos creo que por 2013, pero los niños no. Siempre hay algo "mejor" que hacer. Así que tras las vacaciones decidimos matar dos pájaros de un tiro. Primero el Castillo de Colomares y seguidamente el Museo Revello de Toro. Es un Museo algo escondido. Está en el centro histórico, a pocos pasos de la Catedral de Málaga, en lo que fue la vivienda de Pedro de Mena, un famoso escultor  barroco de Granada, que vivió allí durante casi treinta años. Una de sus obras más reconocidas es la sillería del coro de la Catedral.

Félix Revello de Toro es un pintor español, un artista alrededor de la mujer, de la mujer como género femenino. Pocos han plasmado la belleza, la mirada, la feminidad de una manera tan sugerente y tan personal. Sus cuadros son una invitación a detenerse, a observar, a descubrir que hay mucho más de lo que se ve. Puedo decir sin miedo a pillarme los dedos que Revello de Toro es uno de mis pintores favoritos. Casi cualquier cuadro suyo tendría cabida para colgar en mi casa. Quizás la limitación más repetida sería que no tengo paredes suficientes amplias para alojar algunos de los tamaños de sus cuadros. Recomiendo mucho la visita.

martes, 16 de enero de 2024

Moonraker (1979)

Es posible que lo más característico de las películas de James Bond sean sus inicios. Siempre inquietantes, siempre mostrando una catástrofe, un desastre inminente, un siniestro irreversible, algo imposible de resolver si no es por la participación de James Bond, que siempre acude raudo y veloz a su deber cuando lo llaman. Aunque en esta ocasión algo se complica porque es arrojado de un avión sin paracaídas. Poca cosa cuando tu nombre es Bond, James Bond.

En Moonraker sale uno de los escenarios, a mi juicio, más bellos del mundo, Venecia, donde sucede una persecución en góndola motorizada. Sí, ya sé que esto suena absurdo, y en cierta forma lo es, pero ya saben, el cine está para realizar los sueños de los directores, aunque en James Bond (Roger Moore en esta ocasión) parece que sean los sueños del personaje, pues está siempre rodeado de bellas mujeres que suspiran por su apretada compañía, ya sea en la Tierra como en el espacio exterior.

Tras salir de Venecia, Bond viaja en Concorde a Río de Janeiro para un descanso y a la llegada a la suite presidencial del hotel no falta su vodka martini agitado a mano, el descanso parece asegurado pero pronto tendrá que ponerse de nuevo manos a la obra. El gigante asesino apodado Tiburón vuelve a enfrentarse al agente secreto que se las tendrá que ingeniar bien y en varias ocasiones para deshacerse de él.

En esencia James Bond siempre te ofrece lo que se espera de él: mucha acción, persecuciones en lanchas, en esta ocasión, por el amazonas, huidas en ala delta, luchas a puñetazos, con espadas, en definitiva, emoción a borbotones. Ah, sin olvidar que la banda sonora está a cargo de John Barry y la canción original Moonraker es interpretada por Shirley Bassey. 


domingo, 14 de enero de 2024

El farolero

A veces te encaprichas con la cosa más inesperada. Al menos a mí me pasa. Así me ocurrió un húmedo sábado de enero cuando decidí ir al rastro, bien temprano, en busca de libros de ocasión; libros de segunda mano con los que abaratar mis lecturas. Es un paseo de un par de kilómetros, lo suficiente para estirar las piernas y respirar aire limpio.

A un rastro se acude sin lista de la compra, a ver qué te encuentras. La sorpresa a la vuelta de la esquina. Es imposible saber qué es lo que el azar te va poner por delante. El libro que te puede tener ocupado la próxima semana puede estar esperándote... o no, porque fácilmente puedo regresar a casa con las manos vacías, y es que tienen que darse bastantes situaciones para que finalmente me decida a comprar. Por supuesto, tiene que ser que me interese, que esté medianamente bien cuidado, que no lo tenga ya (mi vaga memoria me suele fallar aquí) y que el precio sea adecuado. Esto depende de muchas circunstancias entre las que se incluyen las anteriores.

De manera que vas al rastro en busca de algún libro pero de pronto, sobre un tapete de terciopelo verde, hay una figura de broce representando un farolero que llama tu atención. Lo primero que te atrae es su pose. Está frente a una farola, con el brazo extendido, pareciera que está encendiendo la farola con la ayuda de un chuzo. El farolero va tocado por un elegante sombrero y una bufanda anudada al cuello, y desprende un perfume al aceite de las novelas de Charles Dickens. Puedes imagina una oscura y neblinosa noche en una calle londinense, cuando aún no existía la iluminación eléctrica. No sé por qué es, pero lo asocio antes a un farolero dickensiano que a un sereno galdosiano. Tampoco es importante. 

Posee algo atractivo, una ligereza estética casi de bailarina de Monet. El tamaño me parece el adecuado, no es ni demasiado grande ni demasiado pequeño y para autoconvencerme de la compra pienso que iría estupendo en la estantería de libros del dormitorio. Lo cojo entre mis manos, como pesando su valor. El vendedor me dice que es de cobre y que tiene en algún sitio un imán para comprobarlo. Le digo que no hace falta. No es su material lo que me atrae. Le pregunto si tiene algún dato de donde procede y me dice que no, que lo desconoce.

El resto lo pueden imaginar.