Hay ilusiones que se escapan, propósitos que se vuelven imposibles, proyectos inaccesibles y no siempre es culpa nuestra. Vinieron los Guns N' Roses a tocar a Sevilla, con los Faith No More y con Soundgarden. No recuerdo bien la razón ahora, pero no pude ir. Algo importante sucedería, imagino.
En aquellos años seguramente yo estaba volcado de lleno con los álbumes Angel Dust y Use Your Illusion, el I y el II. El Superunknown estaba a punto de caer. Por la razón que fuera no pude asistir al concierto y siempre me quedó una espinita por ello. Tengo amigos que fueron y siempre que lo nombran el pellizco aprieta.
Slash y Axl comenzaron a torcer su amistad y la separación fue un hecho. Poco después Mike Patton decidió involucrarse en nuevos proyectos. Y Soundgarden también puso un punto y seguido en su carrera poco después. Recientemente ese punto y seguido se ha convertido desgraciadamente en punto y final.
Cuando me llegaron los primeros rumores de que quizás hubiera gira de reunión de Guns N' Roses (Not in this lifetime Tour!) me prometí que en esta ocasión no podía faltar. No siempre hay una segunda oportunidad. Finalmente se hizo realidad. Hubo reunión y fui a verlos al Vicente Calderón, junto con mi cuñado Francisco y un par de amigos. Para colmo de telonero actuó Mark Lanegan, que me encanta, aunque el sonido en su caso dejó que desear. Como primeros teloneros también estuvieron Tyler Bryan and The Shakedown.
Lo cierto es que disfrutamos del concierto de lo lindo. Guns N' Roses tiene grandísimos temas que son ya clásicos del rock. Axl aún mantiene el timbre y Slash soporta el peso de gran parte del show más que brillantemente. Duff es esencia de rock, Fortus estuvo tremendo, como Dizzy y Frank Ferrer. Incluso Melissa encajó perfectamente. Un set brillante. Una noche para el recuerdo.
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