martes, 29 de noviembre de 2011

Por ganas

Suelo estar de acuerdo con todos aquellos que eligen como opción más frecuente decir la verdad. Me suelen gustar las personas que deciden ir de frente, aunque sé que muchas veces es difícil e incluso contraproducente, pero me gusta pensar que a la larga, ser franco y decir las cosas como son trae más ventajas que desventajas. Pero claro esto que cuento no es una regla exacta y por eso, en muchos casos, las personas deben analizar la situación y saber cuando, si no mentir, al menos sí callar. Porque la verdad en demasiadas circunstancias puede ser hiriente y ofensiva. Por eso es tan importante y complicado discernir cuando es apropiado ser directo y veraz y cuando, para evitar consecuencias negativas o respuestas inadecuadas, es mejor mentir, o al menos si uno lo siente inevitable, al menos es mejor callar. Y es que hay personas que llevan al extremo eso de la sinceridad. No sé si me explico.

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