No creo que exista una mejor forma de aprender un idioma que hablándolo, y especialmente haciéndolo con personas nativas. Ese es el sistema que desde hace unos años estamos llevando a cabo con una familia francesa. Primero, gracias a un intercambio preparado por el instituto, Sofía fue a Francia a casa de una familia francesa, y poco después vino a nuestra casa su compañera de intercambio, Clélia. El intercambio funcionaba de manera que Sofía hablaba francés toda la semana en Francia y Clélia hablaba español en España. Ahí comenzaron a mantener una relación entre ellas y también con las familias respectivas. La amistad, con los años, poco a poco, ha ido creciendo. Y como dice el dicho popular: el roce hace el cariño.
Al año siguiente Alicia, la hermana menor de Clélia, vino a casa, y Sofía volvió a ir. Pero este año una nueva pieza ha entrado en juego y ahora van Sofía y Miguel. Creo que de esta forma es posible que la inmersión lingüística no sea ideal, porque será inevitable que ellos en algún momento conversen en español, esquivando el francés, pero en cualquier caso es mejor así que nada. Seguidamente con ellos vendrá Clélia.
Mientras Sofía y Miguel estaban en Francia, Pepi y yo habíamos aprovechado para irnos a Barcelona, pero eso es otra historia que contaré en otra entrada, porque creo que lo merece.
Miguel y Sofía volaron bien temprano en un avión de Vueling hacia el aeropuerto de París-Orly, donde los recogieron Clélia, Florent -el hermano pequeño de la familia- y Olivier -el padre-. Pasaron cerca del Arco del Triunfo, desayunaron algo tan chic como un croissant con chocolate y seguidamente subieron a la Torre de Montparnasse desde donde hay unas vistas panorámicas de toda la ciudad, dicen que incluso mejores que desde la Torre Eiffel, porque claro, se ve todo, más la Torre Eiffel. Visitaron los alrededores de la Torre Eiffel y tiraron para Rouen, pues a las 18:00 jugaba España. Tampoco puedo contar mucho de lo que hicieron con exactitud porque yo andaba a cientos de kilómetros, pero sí sé que España ganó a Alemania en los cuartos de final de la Eurocopa, con con gol de Mikel Merino en la prórroga. Francia ganó a Portugal ese mismo día en los penaltis. Las semifinal iba a ser España vs Francia y a mis niños les iba a tocar vivirlo en una casa francesa. Les pedí que se comportaran como siempre les digo, pero conociendo lo encendidos que se ponen a veces con el fútbol, y sabiendo además, que ambos en previsión se llevaron en el equipaje la camiseta de la selección española para vivir los partidos, he de reconocer que temía que pudieran excederse un poquitín, como me temo que fue.
Al día siguiente los llevaron a visitar y pasar el día en Deuville, una población costera de la Normandía, famosa por sus playas y su arquitectura típica. Las escasas fotos que pude ver de la localidad me pareció preciosa. También los llevaron a jugar a una bolera, y jugaron al billar y a visitaron un parque donde hay reproducciones en miniatura de los principales monumentos franceses, que se llama France Miniature, y está ubicado en Élancourt, una pequeña población francesa en las afueras de París.
También realizaron la visita de los jardines donde Claude Monet pintó Los Nenúfares, en Giverny. Esta es una visita que a mí me hubiera encantado hacer. Otra actividad que realizaron fue visitar una granja donde pudieron hacer velas naturales, con cera natural, donde tuvieron mucha suerte con el tiempo, y pudieron pasear e incluso visitaron un parque de atracciones (Parc du Bocasse) donde lo pasaron bien en grande. En estas atracciones les acompañaron algunos familiares.
Otro día se acercaron al centro de Rouen para que Miguel pudiera ver la Catedral, pues era su primera vez en Rouen, y suerte tuvieron porque ese mismo día poco después de su visita la catedral sufrió un incendio. ¡Vaya casualidad! En su último día, de vuelta a París, los llevaron a un sitio de realidad virtual, donde disfrutaron de un viaje por encima de París con unas gafas 3D. ¡Tiene que estar chulo eso! Comieron en un restaurante italiano y los llevaron a ver una obra al L'Olympia. ¡Qué me hubiera gustado ir alguna vez! Allí tocaron The Beatles o The Rolling Stones sus primeros conciertos fuera de UK. El concierto de Camarón allí es historia. Es un local cargado de historia.
La sensación es de que lo pasaron muy bien, y que tuvieron la suerte de vivir una semifinal de España - Francia en territorio francés, y que la selección roja ganó el partido a pesar de comenzar perdiendo. Bien que lo celebraron. La selección pasó a la final. Allí nos esperará Inglaterra, que eliminó a Países Bajos. Pero para la final ya estarán de vuelta y la verán en casa.
Volaron de vuelta en Transavia y venían acompañados con Clélia, a la que le esperaba una semana aquí con un buen montón de actividades.
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