No sé cuántas veces habré entrado en la página de google, miles de ellas, pero nunca había disfrutado tanto como ayer. Un verdadero placer visitar google.
Hay veces en la vida que la realidad supera los sueños y ésta es una de ellas. Siempre soñé que mi selección ganara una Eurocopa, pero no soñé que fuera en una final contra Alemania, junto a su frontera, mandando en el partido de principio a fin, pero no sólo en el partido sino en todo el campeonato, con el tiqui-taca, habiendo goleado en semifinales, ganando a los penaltis a Italia, pasando la primera fase sobrados, ganando los tres partidos, siendo el equipo que más goles ha metido -con el máximo goleador Villa-, siendo el equipo con mejor defensa -ningún gol ni en cuartos, ni en semifinales ni en la final-. Siendo el mejor equipo sin duda, mereciéndolo.
Llevo todo el día imaginando que hoy ganamos, que no se nos puede escapar el partido, que caerá de nuestro lado, dándome cuenta que jugamos mejor, que somos el equipo que más goles mete, el que menos encaja, que su portero es regular y el nuestro es bueno de verdad. Miro la defensa, el centro del campo e incluso arriba, a los delanteros y salvo que ellos ya han ganado tres finales de Eurocopa no veo nada a su favor, porque los títulos no salen al campo. Sin embargo sí veo por donde les podemos meter mano. Veo que somos un equipo de gran toque, con un muy buen movimiento de balón, de lado a lado, con nervio, buscando, esperando el momento apropiado para hacerles agachar la cabeza mientras nosotros gritamos gol.
Hoy España no solamente ha ganado su partido de semifinales contra los camaradas rusos. No solamente ha ofrecido una imagen verdaderamente ilusionante, de gran equipo. Hoy hemos demostrado ser un equipo capaz, sobrio y hasta demoledor. El equipo ruso, semifinalista merecido tras eliminar justamente a Holanda en cuartos parecía un equipo simplón, entregado al tiqui-taca español.
Nada de felicidades, ni nada de otro añito más, ni cada día más viejo ni nada de eso. Lo que más escuché el día de mi cumpleaños fue "por el culo te la hinco" cada vez que respondía de manera automática que cumplía 35 a la fatal pregunta de: ¿cuántos cumples?.
En estos días tan futboleros he empezado a leerme un libro que llevaba un tiempo cogiendo polvo en una de las estanterías de Teseo. Ya le tenía yo echado el ojo hace tiempo, lo tuve en mis manos varias veces hasta que la semana pasada, por fin, pasó a dar lustre y color a mi amplia mesilla de noche.
Pase lo que pase hoy al final del partido entre el Málaga CF y el Tenerife. Repito, pase lo que pase, el partido quedará por siempre en mi memoria. Es extraño saber antes de acudir a un partido que ya de por sí el partido será imborrable, histórico. El resultado será importante, pero sobre todo lo que signifique. Podremos perder y subir, podremos empatar y no ascender, pero si ganamos... si ganamos sólo nos cabe ascender. Por eso hoy en la Rosaleda estaremos 30000 voces, 30000 corazones, 30000 almas y por eso, si mi equipo, mi Málaga gana, ganará 30000 veces en las voces, corazones y almas de todos los presentes.
Hoy jugamos nuestro segundo partido en la Eurocopa, contra Suecia. Un partido realmente importante. Si conseguimos ganarles y empatan Rusia y Grecia estaremos en segunda ronda y como cabezas de grupos y nos enfrentaremos contra Rumanía, Francia o Italia. Yo quisiera enfrentarme contra los de la azzurra pero cualquiera que venga bueno será.
España 4 - Rusia 1 (Villa 3, Cesc)
Salimos Mario, mi hermano y yo dirección Motril a las 8:30 de la mañana. Nuestro objetivo era conseguir 3 entradas para el partido que se jugaba a las 18:00 en dicha localidad entre el Málaga Cf y el Granada 74. Nosotros nos jugábamos el ascenso y ellos el descenso.
Ayer mientras leía el periódico me crucé con el nombre de Nikka Costa. Soy consciente de que a la mayoría no les sonará siquiera, pero a mí me trajo recuerdos de niñez. Nikka fue mi primer amor de verdad. Ayer cumplió 36 años. Yo era un niño de 8 años cuando mi padre compró un disco que por aquel entonces tenía un tema en la radio, On my own. En la portada una niña de mi edad, cantante de éxito. Yo no hacía otra cosa que escuchar la canción una y otra vez mirando detenidamente la portada. Ni tele, ni vídeos ni nada, sólo la imaginación. ¡Qué tiempos aquellos! Ahora me doy cuenta que Nikka fue la primera que me pellizcó el corazón.