jueves, 30 de enero de 2025

Me trastearon

Me operaron, o como he querido poner en el título de la entrada, me trastearon. Me cambiaron tres bujías, apretaron ocho tuercas, sustituyeron cuatro manguitos, engrasaron el conjunto y listo. Cosquillitas. ITV superada.

Llevaba esperando el sello de la ITV desde hace años. Primero tuve que pasar cuatro veces por el chamuscador de entrada, luego unas cuantas revisiones preparatorias hasta que por fin me llamaron para el gran día. Me dijeron que sería un proceso largo, pero ni en mis peores presagios pensé que tanto. Años pasando por el chamuscador, retrasos incluidos, y seguidamente sus consiguientes atragantadas recuperaciones. Así una detrás de otra.

Avisado estaba pues me dijeron que echara paciencia, que me quedaba un largo trayecto de recuperación. No sé yo. Hay cosas para las que no tengo paciencia ninguna, y quizás con la que menos sea conmigo mismo. A ver qué tal esta vez.

La suerte que tengo es que me acompañaba la mejor enfermera, nadie me cuida mejor que ella. Yo me dediqué simplemente a dormir, a leer, a ver películas y de vez en cuando a eructar -los gases eran importante sacarlos-. Ella se ocupó del resto, es decir, de todo.

Encontrar la posición adecuada en el sofá dependía del tiempo que llevara sentado, pasado unos minutos cualquier posición molestaba. Encima tuve que ver todas las películas sin palomitas, porque durante un buen tiempo he subsistido a base de liquidito y puré. ¿Qué le vamos a hacer?

La cosa es que tras la inspección yo me encontraba peor que antes, aunque me aseguraron que todo había ido bien, y que era normal el malestar inicial, que poco a poco iba a ir notando mejoría. No sé, por ahora, no lo veo, pero como los mecánicos están hartos a encontrarse trastos como yo, pues supongo que llevarán razón, así que a hacerles caso y a tirar de optimismo y, por hacerlo más ligero le añado algo de guasa.  

No se preocupen por mí que bicho malo... ya saben.

Pd: He puesto una foto de paciente poser, para la tranquilidad de mis millones de fans... (jajajaj). Por cierto, tuve una habitación con vistas.

domingo, 26 de enero de 2025

Los Planetas + Airbag

He perdido la cuenta de las veces que he visto en directo a la banda granadina Los Planetas. Si me pongo seguro que puedo averiguarlo, pero en realidad me da igual, porque sean las que sean nunca son suficientes y siempre es bienvenida una más. Además en esta gira se cumplía en 30 aniversario de su disco Super 8, y venían comentando en redes sociales que la idea iba a ser tocar el disco tal cual se engendró el disco en 1995. Es decir, los diez temas en el mismo orden, y luego pues lo que ellos fuesen viendo según les apeteciera, pero primero, el disco Super 8 para celebrar el aniversario. La idea me pareció maravillosa, porque es un disco que he escuchado muchísimas veces pero que no tuve la fortuna de escuchar entero tal cual. Así que allí me apunté al concierto en la Sala París 15.

Por si fuese poco atractivo, los teloneros eran el trío de Estepona, Airbag, que nunca fallan. Tocaron Películas de miedo, que es un tema que me hizo mucha ilusión. Fui pronto para no perdérmelos. Hay que apoyarlos porque se lo merecen, aunque sólo sea por insistir, que a mi juicio es muy importante.

El concierto de Los Planetas comenzó con unos de sus temas más emblemáticos De viaje, para sorpresa de nadie, y continuó así hasta acabar con La caja del diablo. Después de ahí todo era posible. Segundo premio, Nunca me entero de nada, David y Claudia, Espíritu olímpico, Islamabad, que siempre me emociona en directo, Santos que yo te pinte, Un buen día... y para los dos últimos temas subieron Airbag al escenario a tocar con ellos Pesadilla en el parque de atracciones y terminaron el aniversario con lo que fue un Cumpleaños total.

Al salir del concierto, de vuelta en el coche a casa, no paraba de pensar que si vienen otra vez, ahí me tendrán.


Pd: Al concierto acudimos finalmente, Iker, un amigo de Iker, Francisco y yo.

domingo, 19 de enero de 2025

Los guapos

El año pasado, por estas mismas fechas, fuimos a ver una obra de teatro al majestuoso Teatro Cervantes, Camino al Zoo. Siempre he creído que el invierno casa bien con el teatro. Cosas mías. Luego regresamos por mayo a ver La Colección, pero esta vez en el novedoso Teatro del SoHo. 

Hemos llevado siempre que hemos podido a nuestros niños al teatro, intentando ofrecerles una educación cultural completa, pero siempre los hemos ido llevando a ver obras de teatro infantiles o juveniles. Como Sofía se ha decantado en sus estudios claramente hacia las letras pensamos que sería una buena idea traerla de nuevo al teatro, pero esta vez para ver una obra adulta. De entre las posibilidades elegimos una basada en un texto de David Trueba, con producción del Centro Dramático Nacional: Los guapos.

En la obra se representa el reencuentro de dos amigos, Nuria y Pablo, que una vez estuvieron unidos en su juventud, compartiendo pandilla, aunque separados de barrio. La juventud pasó y se fueron separando por caminos diferentes. Personas distintas partiendo desde el mismo punto, pero con direcciones opuestas. ¿Qué sucede cuando pasado ese tiempo vuelven a encontrarse? Queda algo de lo que una vez hubo o el tiempo y las circunstancias los han alejado tanto que ya es imposible volver al punto de salida. 

Actuaron Anna Alarcón y Vito Sanz. Nos gustó.


martes, 14 de enero de 2025

Un atardecer

Despertamos pronto el domingo porque mi hijo Miguel tenía que jugar un partido a las 11:00 de la mañana en el campo Suel de Fuengirola contra el Benalmádena. Ganaron en el último minuto remontando un 0-1 cuando perdían en el minuto 85. ¡Vaya alegría se llevaron los chavales! Tras el partido teníamos decidido ir a Málaga para ver la exposición Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970) que yo tenía ganas de ver desde su inauguración, en octubre. Esperamos que Miguel celebrara con sus compañeros de equipo, se duchara y tiramos para Málaga. ¡Vaya fiesta se dieron!

Almorzamos en un restaurante cerca de la calle Compañía, ya en la capital costasoleña. Miguelito estaba canino. En la sobremesa, tras un postre, fuimos a la exposición, pensando que habría poca afluncia a esa hora de un domingo, y además, también hay que decirlo, la entrada es gratuita los domingos por la tarde. La exposición me encantó, pero ya he hablado sobre ella en la entrada anterior.

Abandonamos la exposición en dirección a la calle Larios comentando los cuadros, cuál nos había gustado más a cada uno, y en eso estábamos cuando sin darnos cuenta, y sin abandonar el ensimismamiento de la exposición quedamos inmersos en la belleza de la calle Larios. La sutil inclinación de la calle permite tener una perspectiva casi paisajística. Pareciera que abandonábamos el museo recorriendo una calle en el interior de un cuadro de Antonio López, pero sin estar en Madrid. Las decoraciones clásicas, las simetrías en cada esquina, la esbeltez de los balcones, la armonía de dimensiones de toda la calle. Es una calle de una perfección y una singularidad asombrosa. Hay vida e historia en ella. Pasear por la calle Larios me congratula con la humanidad. Me hace ser más comprensivo, más paciente, en realidad, me hace mejor persona. Suena extraño, incluso algo alocado pero es así. Esta calle me hace mejor persona. Pasear por ella, a paso lento, observando las peculiaridades, su armonía, me alegra la vista y me complace hasta el punto que durante un rato me olvido de la sinrazón que gobierna a la raza humana. Entiendo que no todo el mundo piense igual que yo. Sinceramente, lo siento por ellos.

Cogimos el coche y pusimos rumbo de vuelta a casa. Le dimos play a una lista musical que tenemos preseleccionada, y tras un rato conduciendo, pasado Torremolinos por la autopista, un atardecer  sobrecogedor estaba mostrándose delante de nuestros ojos. Parecía un pavo real mostrando sus mejores galas. Todos los coches comenzaron a frenar. Costaba conducir estando atentos a la carretera de la belleza que se nos ofrecía delante de nuestros ojos. Si todos hubiéramos podido bajarnos de los coches a contemplar el atardecer lo hubiéramos hecho. Todos estábamos conmovidos por semejante visión. 

Estoy convencido que todos los que allí estábamos enternecidos por ese momento casi mágico, éramos mejores personas, no sé si me entienden.


La foto la hizo Pepi, no tiene pasado ningún tipo de filtro, salvo el cristal del coche. Y créanme si les digo que la foto no le hace justicia a la realidad.

lunes, 13 de enero de 2025

Desnudos

Presentó una exposición el Museo Carmen Thyssen de Málaga titulada Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870 - 1970), en la que se presentaban obras de Sorolla, Julio Romero de Torres, Picasso, Dalí, Miró, Zuloaga, Chillida o Mariano Fortuny entre otros muchos. Sólo con los nombres ya se comprende que no es una exposición cualquiera. Un total de casi noventa obras conformaban la exposición. Por si fuese poco, en el mismo museo, durante un tiempo solapado, también exhibía una exposición sobre Sorolla titulada Sorolla en Andalucía. Un doble atractivo.

De manera que una mañana de domingo que tuvimos libre nos presentamos en Málaga para visitarla. Me encantó. Me fascinaron muchos cuadros. La belleza del desnudo, su dificultad, su relación con la historia... Una maravilla de exposición.

Entre las obras que me atraparon destacaría la reinterpretación clásica por Dalí de Las señoritas de Aviñón (1970), aunque muy distante tanto en el tiempo como en la concepción. Dalí no respeta ni siquiera el número de señoritas. Los rostros borrados no impiden la provocación del cuerpo femenino, que se presenta más desprejuiciado y clásico que el famoso cuadro original de Picasso que agitó el mundo del arte. Es casi un boceto pero tiene una simpleza que lo hace tremendamente atractivo.

También hay un cuadro de un primerizo Picasso, durante sus años de estudiante, en los que dibuja a un joven atlético basado en la perfección física clásica, con una pose en pie, con la cadera ladeada, probablemente copiada del natural, donde demuestra lo buen pintor que era aún en su juventud, pese a lo mucho que aquellos que sólo han visto cuadros suyos cubistas piensan que pinta.

Entre las obras expuesta hay que destacar está Desnudo de mujer (1908) pintado por Aurelia Navarro en el cual versiona a la Venus del espejo de Velázquez. La pose recostada de espaldas, y reflejada en un espejo es maravillosa. La sutileza del colorido, la gasa sobre el jergón, el pendiente en la oreja es de una sutileza maravillosa. Fue un cuadro muy controvertido al ser un desnudo y además pintado por una mujer, lo que se consideró impropio de la época, y más teniendo en cuenta que el desnudo, al parecer, posee el rostro de la propia autora.

Un cuadro que no me canso de admirar siempre que tengo la suerte de cruzarme con él es Desnudo con guitarra (1894), de Ramón Casas. Un cuadro realista que enamora a simple vista. Una mujer desnuda de piel limpísima y nivea, tumbada en el suelo, recogida sobre sí misma, con el pelo oscuro revuelto. No se muestra el rostro en el cuadro, tampoco hay provocación en el desnudo. En el fondo, cortado en la composición hay una guitarra  apoyada en el suelo y junto a ella, sobre la misma pared un lienzo con bastidor. La composición hace más preguntas que ofrecer respuestas. ¿Es el estudio del pintor? ¿Quién es la muchacha en el suelo? ¿Qué le sucede? ¿Qué hace desnuda? ¿Posó para el pintor?

Cada uno de nosotros tendrá su propia interpretación y lo más importante, nuestras propias preguntas.


Pd: No pude evitar acercarme a ver a Aline Masson en La Lectura. 

domingo, 5 de enero de 2025

Un partido fuera de lo común

Ya saben los cuatro gatos que siguen este blog que aproximadamente cada dos semanas tenemos una cita en el estadio de La Rosaleda, porque es casa del equipo de nuestros amores, el Málaga CF. Así lleva siendo durante años. Dos veces al mes, partido en Málaga. Algunas pocas veces hemos acudido al estadio para ver partidos de la Selección Española. A veces han sido amistosos, a veces han sido de clasificación. A parte de esos partidos poco más he ido yo a ver al estadio de Martiricos.

Hace muchos años creo recordar que fui a ver un Real Madrid - Ajax, no sé si fue un partido de pretemporada. Un Trofeo Antena 3, o algo así. También vi un partido del Mundial de Naranjito. Estas navidades el Marbella FC, de Primera Federación, en Primera Ronda eliminó al Bergantiños FC en Galicia, mientras que el Málaga quedó eliminado por el CD Estepona.

En Segunda Ronda el Marbella eliminó al Burgos CF y pasó a jugar dieciseisavos de final, donde fue emparejado mediante sorteo contra el Atlético de Madrid. Un partido tan atractivo que la demanda de asistencia al partido superaba con creces el aforo del estadio del Marbella. De manera que llegaron a un acuerdo y el partido se disputó en La Rosaleda.

Decidimos ir a ver el partido, y lo cierto es que el Marbella FC puso en muchísimos apuros al todopoderoso Atlético de Madrid, que superó la eliminatoria con un solitario gol de Griezmann. Sobre el césped el once de Simeone apenas tuvo reservas. Simeone no se fiaba. Le Normand, Pablo Barrios, Rodrigo De Paul, Julián Álvarez o el propio Griezmann completaban el plantel. Además participaron Koke, Sorloth, Correa o Marcos Llorente. El resultado 0-1, mantuvo la emoción hasta el pitido final. Qué gran papel hizo en el partido el Marbella FC.



Pd: En la siguiente eliminatoria el Atlético eliminó al Elche CF (0-4), seguidamente al Getafe CF por un contundente (5-0) y en semifinales cayó frente al FC Barcelona, a doble eliminatoria, tras empatar en la ciudad condal en un partido loco por un inusual marcador de 4-4, y perder finalmente 0-1 en el Metropolitano de Madrid. La copa se la llevó el FC Barcelona en prórroga contra el Real Madrid CF.

jueves, 2 de enero de 2025

Un año de Zoo

Me encanta mirar animales. Observalos, saber de ellos, ¿cómo viven? ¿qué comen? ¿cuáles son sus hábitos? ¿Cómo sobreviven? ¿Cómo son sus ritmos vitales? Me fascina la capacidad de adaptación del reino animal. Puedo pasarme horas viendo documentales de animales de La 2, o más recientemente de National Geographic, aunque con ellos de fondo  me haya dado las mejores siestas de mi vida.

Siempre me han atraido los animales. Desde chiquetito. Me hubiera encantado ganarme la vida alrededor de animales, aunque siempre lo vi como una profesión con poco futuro, y con difícil acceso a las oportunidades laborales. ¡Qué poca visión he tenido para estas cosas! Igual me faltó, o vocación, o todo al mismo tiempo. El caso es que amo el reino animal, en general. Envidio a los fotógrafos que viajan por el mundo desde selvas tropicales a oasis en desiertos remotos, visitar Madagascar o el Polo Norte. Lo envidio.

Poder ver al elefante africano en libertad, contemplar la migración del cangrejo rojo, ver una cría de lince ibérico, o a una ballena jorobada expulsar aire en el océano. Vivimos rodeados de maravillas pero somos una especie tan malvada, que casi ningún animal puede soportar vivir a nuestro alrededor. O bien nos los comemos hasta la extinción, o bien los matamos por su piel, o por sus colmillos, o porque se come nuestros alimentos, aunque la mayoría de las veces es algo tan banal como que los expulsamos de sus hogares.

Mi mujer que me conoce bien y sabe que no podemos permitirnos económicamente cruzar medio planeta para un día de gloria, me encargó para Papá Nöel un pase anual del Biopark de Fuengirola, que aunque sabemos que no es lo mismo, es un zoo pero que intenta respetar dentro de lo posible el hábitat natural de los animales, al menos algo más cercano que verlos en una pantalla es. Y con la ventaja de estar a quince minutos a pie desde casa. A mí me hizo mucha ilusión y sin perder tiempo el primer día del año fui a ver cómo andaban de resaca alguno de los animales.

Pude contemplar en vivo por primera vez un ajolote, o axolote, del que siento cierta atracción desde que leí el cuento de Axolotl de Julio Cortázar  en su libro Final del juego. Es curioso comprobar que tenía sus cuatro dedos en sus patas delanteras y, sin embargo, sus cinco en sus patas traseras. Que no tiene párpados, y que sus branquias son externas y plumosas, y lo más sorprendente de ellos es que tienen una gran capacidad de regeneración. Tanto es así que si por alguna razón un ajolote pierde parte de su corazón, en semanas lo puede regenerar. Lo mismo le pasa con una pata o un ojo. ¡Es un animal único!