lunes, 4 de septiembre de 2023

Cala Mijas 2023 - Día 2

Segundo día de festival, el jueves había sido intenso. No paramos más que para tomar algo de bebida e ir al baño. Éste segundo día no teníamos previsto que fuera a ser tan intenso pero también íbamos a comenzarlo pronto. Una hora incluso antes que el primer día.

Poco después de las 17:30 estábamos delante del escenario Victoria listos para ver al  cantautor y guitarrista británico de Buckinhamshire, Charlie Cunningham que se presentó junto con un batería, un teclado y un bajista. El sol le daba bien de cara, varias veces pensé que si no se había echado abundante protección solar mañana iba a estar salmonete. Lo cierto es que a pesar de las adversidades ofreció un concierto estupendo, y entre sus manos una guitarra española. ¡Con lo que me cuesta a mí sacarle algo armónico a la mía! Mil aplausos le di. Me pareció uno de esos regalos que te llevas de un festival.

Cambiamos de escenario, fuimos al escenario bautizado como Sunrise y fuimos a ver a Kevin Kaarl, que bueno, ni Francisco ni yo somos grandes fan, pero estuvo entretenido aunque un poco sosete. Sus canciones acústicas y su actitud estática no están pensadas para festivales. Pero veníamos de ver un concierto donde el cantante estaba sentado en una silla y me cautivó. El sol caía como hormigón seco y esto tampoco ayudó. Entre las canciones tocó San Lucas o Vámonos a Marte que tuvieron muy buena acogida entre el público presente, que era cada vez más abundante.

Al acabar compramos unas bebidas rápido y regresamos al escenario principal porque la siguiente actuación queríamos estar bien situados. Amyl & The Sniffers, una de las bandas que más había escuchado los meses antes del festival. La banda de Melbourne capitaneada por Amy Taylor sólo llegaban con dos discos debajo del brazo, pero un buen número de temazos y el boca a boca de que en directo son muy buenos, y nadie se los quería perder. No defraudaron. Amy tiene una energía brutal, muy contagiosa. Levanta el ánimo a cualquiera, porque o bien tiene una sonrisa en la cara, o bien canta con rabia y poderío. Muy Iggy Pop de los Stooges. Los ritmos de las guitarras tienen una mezcla entre jovial y agresivos, no sé, suenan potentes pero al mismo tiempo divertidos. Su canción Hertz es una buen muestra. La disfruté muchísimo. Amy tiene fama de tirarse sobre el público pero lo descarté en el momento que la vi llegar al escenario con un top de un bikini. No parecía nada probable que lo fuese a hacer. Pero sí correteó por el pasillo de seguridad  y no paró de bailar, saltar y animar durante todo el concierto. Parecía infatigable. Mis dieces por la actuación de la banda australiana. Muy bien.

Quisimos mantener el sitio del concierto porque queríamos estar bien situadoçs para la actuación de The Strokes. Para muchos la banda estrella del cartel. Incluso Pedro Sánchez no se lo quiso perder y vino a ver el concierto. Yo no me atrevería a afirmarlo tan categóricamente como los cabezas de cartel, aunque claramente sí lo eran del día. En cualquier caso eso me da igual porque es una de las bandas que más ganas teníamos muchos de ver. The Strokes tienen fama de buen directo, pero sólo cuando a Julian Casablancas, el cantante y líder de la banda neoyorquina, le da la gana, que no es siempre.

Casablancas ha sido considerado por muchos medios como el niño malcriado de la industria musical, y no es de extrañar. Hijo de un adinerado empresario -hijo de español por cierto-  y una modelo danesa, miss Dinamarca, criado entre el lujo de Nueva York y los vuelos de primera clase, al que el padre, cansado de su mal comportamiento, envió a estudiar a una prestigiosa y exclusiva escuela en Suiza a los catorce años. Decisión que todos deberíamos agradecer pues allí conoció a varios de los futuros miembros de The Strokes. Este concierto era el último de esta parte de la gira, y es probable que esto le animara  y parecía que venía con ganas. Bueno, afirmar que Julian venía con ganas es mucho decir, porque no se caracteriza ni por su simpatía ni por su entusiasmo. Gran parte del concierto está de espaldas al público y apenas se dirige a él, salvo algunos secos thank you tras alguna que otra canción. Se le puede ver riéndose, eso sí, o haciendo bromas con los compañeros.

No sé si se podría decir que venían a presentar su último disco, The New Abnormal, pues el disco llevaba tres años publicado, pero la realidad es que lo habían movido poco por Europa. Y como tampoco son muy prolíficos en cuanto a conciertos, pues eso hizo que viniera mucha gente de muchos sitios para verlos. Comenzaron con una entrada graciosa, seguramente una canción que le recuerde a Julian a su juventud por Barcelona, el hit veraniego de Vamos a la playa de Righeira. Siguieron con What ever happened? una de mis canciones favoritas de la banda neoyorquina. Siguieron Alone, Together y Last Nite, que es posiblemente su canción más conocida. 

Llevaban un concepto de escenario algo vintage, como de máquina clásica de videojuego. Muy chulo y original, con unas escaleras que prácticamente no utilizaron. Se me hizo cortísimo el concierto y no lo fue, pero cuando disfrutas es lo primero que pasa, que llega el final y te parece demasiado pronto. 

Tras el gran concierto de The Strokes, nos acercamos a ver un rato a M83, pero no mucho pues estábamos realmente agotados y tampoco somos muy fans de ellos. Traían muy buen montaje, pero acabábamos de vivir un estupendo concierto de The Strokes y preferimos reservarnos, que veníamos de dos jornadas agotadoras y el día siguiente iba a ser largo.


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