Me encanta el cine. Es una de mis mayores pasiones. Parte de mi educación la he recibido delante de una pantalla, ya sea en salas de cine o en el salón de casa. Mi mujer y yo llevamos yendo al cine juntos desde las lejanas noches en la que aún podíamos considerarnos adolescentes. Llevamos compartiendo películas prácticamente toda la vida. Hemos reído, llorado, pasado miedo, sentido rabia, alegría... pero sobre todo hemos crecido viendo películas juntos.
Cuando llegaron los niños el cine ya sólo fue en la tele de casi y el cine pasó a ser casi exclusivamente para ver películas de animación, y bueno, aunque algunas son realmente buenas, cuando tu única opción es esa, quieras que no te cansas. Aparte está el precio del cine, que no es barato que se diga, y más si vas al cine con los niños, que aunque sean niños ocupan butaca y pagan entrada. Si al precio de la entrada sumas palomitas, chucherías y bebidas, al final ir al cine se convierte casi en un lujo. Y bueno, en algo esporádico y poco habitual.
Pero como el tiempo pasa para todos, y los niños ya no son tan niños y ya podemos dejarlos solos e acudir al cine sin ellos, pues decidimos que era un buen momento de volver a las salas de cine. Por lo que hemos decididos aprovechar la oferta que puso el multicines cerca de casa en la cual te sacas una tarjeta personal por 9 € y con ella cada película cuesta "sólo" 5,50 €. No es un chollo pero si echas número ahorras un dinerillo.
Así que nos hicimos con un par de tarjetas y comenzamos nuestro año de cine con Civil War. ¡Me gustó mucho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario