A mi señora, que a lo tonto a lo tonto prueba todas las cervezas que tomo por primera vez, le pareció al probarla algo amarga, a mí, en cambio, me pareció que estaba poco tostada. Cuestión de gustos. Eché en falta algo de fuerza y consistencia en el sabor pero, sin embargo, desprendía un aroma casi perfecto. Un auténtico lujo para el olfato. Además la espuma es espesa y abundante, muy de mi gusto, y es bastante refrescante y ligera, lo que la hace una cerveza peligrosa, fácil de pimplar.
Encuentro bastantes similitudes con la Paulaner o la Franziskaner, con la ventaja de que la Bischofshof sale algo más económica. Creo que repetiré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario