
Me gusta la manera de escribir de Baricco. Sus idas y sus vueltas por las mismas ideas, con sus agudos golpes de humor, su melancólica mirada sobre el tiempo pasado, su musical estructura de diálogos, algo que francamente admiro.
Ya había leído anteriormente otro libro de Baricco, Seda, el cual me encantó, y que supuso la causa principal para que me comprase Novecento, porque cuando un libro me gusta, como en aquel caso lo hizo Seda, suele despertar mi interés en la obra del autor y casi que me obliga a leer otro título del mismo autor, fórmula que, dicho sea de paso, suele funcionarme bastante bien.
Ya había leído anteriormente otro libro de Baricco, Seda, el cual me encantó, y que supuso la causa principal para que me comprase Novecento, porque cuando un libro me gusta, como en aquel caso lo hizo Seda, suele despertar mi interés en la obra del autor y casi que me obliga a leer otro título del mismo autor, fórmula que, dicho sea de paso, suele funcionarme bastante bien.
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