martes, 30 de junio de 2015

Una Grevensteiner

Esta pasado mes de junio confieso que he pimplado más cerveza de lo que debería y posiblemente por esa misma razón no me he sentado antes a presentarles una cerveza como es debido, pero como dice el dicho: más vale tarde que nunca.

Así que sin más preámbulos les presento la cerveza Grevensteiner, una cerveza alemana que podrán conseguir -como yo hice- en casi cualquier gran superficie, donde fácilmente la encontrarán y donde además podrán adquirir un pack que incluye una jarra de la misma marca, para disfrutar de la cerveza adecuadamente.

La cerveza Grevesteirer es una de esas cervezas que anuncias a bombo y platillo y con letras doradas que cumplen la ya manida y manoseada Ley de pureza alemana de la cerveza. 

Es una cerveza alemana de un precioso color ámbar brillante, con un ajustado 5,2 % del volumen de alcohol. Y cuyos ingredientes se reducen a agua blanda de manantial, malta de cebada, lúpulo recién cosechado (según indicaciones de la etiqueta) y levadura. El sabor es generoso y duradero, aunque la burbujas de la espuma son bastante menudas y voluminosas también son  poco persistentes.  El paquete con el que me hice consistía en cuatro botellines de  0,5 l y su jarra correspondiente, y ahora desde este humilde y cervecero blog brindo con ella por ustedes, y también por la vida y por las cervezas que aún me quedan por catar. ¡Salud!

domingo, 21 de junio de 2015

Blitz - David Trueba

Hacía tiempo que tenía a David Trueba en el punto de mira de mis lecturas posibles, y la semana pasada en la biblioteca que hay cerca de casa me hice en préstamo con Blitz, su última novela, de la que no había leído ni sabido nada salvo que estaba a la venta. Sí había sabido, en cambio, que su anterior novela Saber perder había obtenido muy buenas críticas y a partir de ahí creció mi curiosidad. Eso y que su película Vivir es fácil con los ojos cerrados me había dejado un grato recuerdo, porque para los que no lo sepan David Trueba es tanto director como guionista y, últimamente, escritor y asiduo colaborador en prensa. El caso es que me traje la novela a casa y en tres tardes me la he terminado, porque en realidad no se debe tardar mucho más de ese tiempo en leerla ya que la novela no va mucho más allá de 160 páginas.

Me ha parecido una novela entretenida y bastante ocurrente, con  bastante humor aunque también una buena tajada de melancolía. A veces es demasiado ligera y etérea para mi gusto, pero que lo disimula con estimulantes giros de guión. Porque lo cierto es que a veces, leyéndola, me daba la impresión de estar leyendo un guión con pocos diálogos más que una novela, lo en realidad no es bueno ni malo.

A mí me gustó, no me entusiasmó, pero me gustó. Prueben a leerla y ya me cuentan.

jueves, 18 de junio de 2015

Marilyn Monroe 30

El mes de junio es el mes en el que normalmente comienzo las grandes lecturas. En realidad lo hago -o al menos lo intento- tanto en junio como en diciembre. Junio es un mes propicio para libros de esos que todos queremos leer pero que nunca encontramos el momento. En algún sitio leí que dichas novelas se pueden comparar a las altas montañas por escalar, los ocho miles que todo alpinista ha de alcanzar. Novelas que son referencias, grandes destinos turísticos de los lectores. Moby Dick, Ulises, La montaña Mágica, Los Miserables, Anna Karenina,... requieren un tiempo despejado de interrupciones, porque una vez subido el primer escalón, comienza la cuesta abajo y no querremos que nada nos distraiga en la bajada hacia la cumbre final, por eso junio, antesala de las vacaciones, nos predispone con una anchurosa claridad para los grandes retos.

Aunque este año aún no he decido qué ocho mil voy a subir.


martes, 9 de junio de 2015

Algunas veces...

Algunas veces me pregunto si este blog, estas letras que yo escribo, tienen o tendrán eco alguna vez en otra persona. Si tal vez, alguien, anónimo o no, pudiera siquiera entresacar algo provechoso de lo que cuento aquí en este cajón desastre que es este blog. Me pregunto si alguien aprendió algo, aunque fuese mínimo, mientras lee este blog, si ese lector casual sonrió con una de mis desaliñadas formas de contar las cosas, si agregó una palabra o una expresión a su lenguaje diario. Me pregunto si tal vez alguien, alguna vez, acudió a un libro, o una película que yo recomendara aquí, si se enamoró de una canción o se rindió ante uno de los  cuadros aquí mostrados. También me pregunto si los diarios de mis viajes servirán alguna vez a alguien.

Me consuela pensar que tal vez haya alguien que leyó un libro después de que yo lo recomendara aquí, o quizás se aprendió un poema, o se inició en un autor aquí presentado. Me halagaría saber que tal vez alguien, alguna vez, fue capaz de ver que detrás de estas palabras hay una persona que siente, sufre y vive cuando escribe en este blog, que es a la vez tan insignificante para todos como trascendente para mí, que no tiene utilidad para nadie pero que a mí me es muy necesario. Me pregunto si alguien alguna vez siente curiosidad por saber qué es aquello que yo pudiera contarle, si comparte mi forma de pensar o por el contrario difiere rotundamente de lo que opino. Me gustaría saber, pero a pesar de que los tiempos han cambiado, a veces me siento como ese hombre que coloca un mensaje enganchado en la pata de una paloma y la ve volar, abandonar el nido en busca de un destino que, quién sabe, tal vez alguna vez alcanzará, como puede que tal vez alguien leyera el mensaje que el náufrago arrojó al mar en una botella.



lunes, 8 de junio de 2015

Arte callejero 33

Cuentan que en Londres hay un taxista que pasea sus noches en busca de justicia y que su ley viene oculta tras un amor prohibido, turbio y sin remedio. Cuentan también que ese taxista vaga las noches bajo la luces de las farolas, ocultando su mirada tras el espejo retrovisor de su negro destino, que escupe la fatigosa rabia interior en acelerones de válvulas infernales y que, si es preciso, está dispuesto a quemar la piel y rajar los nervios a cualquiera que intente tocar los labios de su amor rizado. Aseguran que deambula enfrentando miradas, que amenaza mostrando los dientes y que cualquier día salpicará de sangre y rabia la Redchurch Street de Londres, porque allí, apoyada en una puerta blanca, alejada de su sueño, se expone la luz cegadora de su desdicha.


sábado, 6 de junio de 2015

Viento y sentimiento

Siempre he creído que los instrumentos musicales tienen una cualidad particularmente camaleónica debido a su capacidad para adaptarse perfectamente a cada intérprete. He tenido la fortuna de comprobar como un pianista virtuoso es capaz de sacar maravillas a un piano de juguete, así como un buen batería consigue hacer música con cuatro latas y dos cajas de detergentes. Parece increíble pero es así. Además, es fácil observar que cada gran intérprete tiene su toque propio, su instinto personal al recorrer los trastes de una guitarra o al corretear sus dedos por el piano y, aunque siempre es posible copiar y plagiar una manera de interpretar o de tocar un instrumento, así como los músicos consiguen adaptarse unos a otros, al final, aunque se intente lo contrario, cada músico tiene sus debilidades y sus inclinaciones musicales, que no son otra cosa que la suma de sus influencias, su bagaje en la vida y su personal manera de haber curtido la piel. Y todo esto, en conjunto, a la hora de interpretar una melodía en un instrumento, de una manera casi mágica, se filtra en su interpretación ofreciendo su propia particularidad individual, tanto en su forma de interpretar como en la manera en la que crea música.

Cualquiera que haya intentado sacarle varios acordes a un instrumento, uno detrás de otro, debe reconocer la dificultad que ello conlleva. Yo he intentado varias veces en mi vida sacarle algunas melodías a una guitarra y, aunque llegara a conseguirlo, por muy simple que fuese la melodía, siempre sonaba bastante lejos de lo que yo pretendía, o deseaba.

De entre todos los instrumentos, los más veraces y transparentes para identificar a sus intérpretes, a mi juicio, son los de viento.  Desde una rudimentaria armónica, o una enérgica trompeta, pasando por los acaramelados saxofones, o las endebles flautas o por las voluminosas tubas, y sin olvidar los revoltosos clarinetes, y un sinfín de instrumentos de vientos, cada uno de ellos, desde un oboe o un fagot, en todo su recorrido, transpiran desde su embocadura hasta el final el aire que el intérprete les impulsa.

Un acompasado rasgado de púa, una delicada vibración en la cadencia de dejar caer los dedos sobre las teclas, la dulce armonía gesticular a la hora de tocar las cuerdas de un arpa, el constante martilleo del pie sobre el pedal del bombo de una batería, todos y cada uno de ellos necesitan de un intermediario, una especie de traductor, directo o indirecto, que proyecte sobre el instrumento el sentimiento musical de cada individuo en él. Sin embargo, en los instrumentos de viento, la más enérgica y vigorosa fuerza o la más vulnerable o desvalida nota, sale directamente del interior del músico, sino directamente, casi. Desde un vigoroso y poderoso rugir de garganta hasta el sutil silbido cada sonido contiene el personal toque del intérprete.

En cualquier caso, lo verdaderamente grandioso de todo esto que les cuento es que, al final cada cual tiene sus gustos e inclinaciones y que erizar la piel con un sentimiento musical es tanto un milagro de sensibilidad como una adaptación a abrir los sentidos. Así que abran los oídos y disfruten.

jueves, 4 de junio de 2015

Irrational Man

Como todos los años alrededor de la fecha del festival de Cannes se presenta la nueva película de Woody Allen.  Este año, apesar de que el abuelo cumple los 80 tacos, no ha faltado a su cita. El nuevo film tiene como titulo Irrational man, que supongo que no lo traducirán al castellano porque ya se entiende bastante bien tal y como está.

En esta ocasión, según parece tras ver el tráiler, no se va a tratar de una comedia, y sinceramente, a mí me apetecía una película seria.  En los Estados Unidos el estreno está previsto a mediados de julio mientras que en España tendremos que esperar hasta el próximo otoño. ¡Qué larga la espera! Yo ya estoy impaciente.

La película, según me informo por Internet, está protagonizada por la pareja formada por Joaquin Phoenix y Emma Stone, que repite tras Magia a la luz de la Luna. Él es un profesor de filosofía algo perdido y borrachín (esperen citas filosóficas sobre el sentido de la vida) y ella una alumna aventajada...

Os cuelgo el tráiler subtitulado en cristiano para que muerdan el anzuelo por ustedes mismos. También les cuelgo el cartel de la película, que por cierto es muy de mi agrado.