miércoles, 25 de febrero de 2015

Jardines de Monforte - Santiago Rusiñol

El último fin de semana de este mes de febrero finaliza la exposición temporal que el museo Carmen Thyssen está dedicando a los pintores españoles de finales del siglo XIX, Ramón Casas y Santiago Rusiñol, y yo, como es lógico, no quería perdérmela.

La exposición conjunta, titulada Dos visiones modernas, muestra alrededor de cuarenta obras, y se  completa con una sala dedicada al género del cartel publicitario, que ambos artiastas practicaron. No es la primera ocasión en la que las obras de Casas y Rusiñol se exponen juntas, ya que los dos artistas compartieron en vida hasta doce exposiciones.

Ramón Casas es tal vez el más reconocido de los dos, pero a mí, en esta exposición, me enamoró más la obra de Santiago Rusiñol. Es una cuestión meramente estética y personal, casi caprichosa. Posiblemente la selección de los temas en los cuadros de Rusiñol se acercan más a mi gusto personal. Tanto sus paisajes como sus espacios cerrados, con su cautivador y personal juego de luces, así como la melancolía que barniza cada obra terminó por ganarme.

De entre todos los cuadros que allí se exponen he seleccionado para esta entrada Jardines de Monforte. Un óleo sobre lienzo de 91 x 129,5 cm, creado en 1917, donde el artista representa un jardín solitario a la inclinada hora en la que la tarde decae dorando las copas de los árboles del fondo y el agua del estanque circular.

En este lienzo se puede apreciar claramente la intención melancólica del pintor a la hora de la elección en la paleta de colores. El contraste del verde de los cipreses y el gris rosado del albero, así como el ocre amarillento de la luz entrando por los huecos en los muros vegetales completan, a mi entender, un equilibrado juego de luces, que acentúan el encuadre del espacio ajardinado.

Al fondo, pero dentro del jardín, en una plataforma elevada, como si de un escenario se tratase, al que se ofrece acceso por una ancha escalinata que ayuda a resaltar la perspectiva, hay dispuestas varias esculturas de figuras clásicas, dando la apariencia de estar llevándose a cabo una representación teatral sin espectadores, generando así una atmósfera nostálgica y serena, casi poética, que embellece el cuadro enormemente y le confiere un aire de ensueño.

La soledad del jardín junto con la ausencia de movimiento provocan que durante su contemplación  uno centre los sentidos en la luz del foco principal del cuadro, el reflejo del sol crepuscular sobre el agua estancada, despertando en nosotros una sensación verdaderamente sosegadora. Una maravilla de pintura.


Aún tienen tiempo, no dejen pasar la oportunidad.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Una La Chouffe

Ya comenté que estuvimos en Bélgica las pasadas navidades y que de allí me traje a todo lo largo del paladar un buen número de cervezas para presentarlas en este blog, que bien mirado me sirve como excusa perfecta para pimplar más cervezas de las que debería. Pero qué vamos a hacer si la vida son tres días y dos son nublados.

Así que voy a aprovechar que ayer me tomé dos buenos tubos de cerveza, y por tanto escribir esta entrada hoy no me produce un desasosiego completo, o al menos no muy frenético, y voy a contarles que en Bruselas, casi nada más aterrizar, con el tiempo justo después de hacer el check-in en el hotel y nada más soltar las maletas en la habitación, salimos (mi santa y los microbios) caninos por echarnos algo al pozo, y yo especialmente por derramar cerveza fresca por mis cañerías.

De manera que ni cortos ni perezosos nos metimos en el local más cercano que encontramos en la esquina inmediata junto al hotel. Una especie de híbrido entre bar y restaurante donde servían kebabs, hamburguesas, salchichas y patatas fritas. Y donde increíblemente no servían cervezas. Al principio creí que era broma, pero no. Era cierto. No tenían cervezas. Sin embargo yo me las apañé (tras consultarle al encargado) para salir a un ultramarinos que había en la esquina de enfrente y me traje una buena cerveza bien fresca.

Finalmente conseguí inaugurar mis cañerías en Bruselas con una La Chouffe, que es una cerveza belga rubia, con un considerable 8% de su volumen de alcohol.  Entre sus ingredientes se encontraba la malta de cebada, el cilantro y el azúcar invertida -sea lo que sea eso- agua, lúpulo y levadura.

Era una cerveza fuerte, con abundante y densa espuma, con burbujas muy menudas y blancas, que a mí, en aquel preciso momento del día me supo divina. Y es que no hay nada para que una cerveza esté buena como las ganas de beberla.

sábado, 14 de febrero de 2015

Lost stars - Keira Knightley

Hoy es San Valentín, un día especial para los enamorados, también conocido como el día de la pareja, o el día de los románticos, o de los cariñosos, pastelosos o los empalagosos. Cada cual lo ve como quiere.

Conozco a una muy amplia variedad de personas que afirman que éste es un día creado por El Corte Inglés, o por los negocios en general, aunque no lo creo, pero es bien cierto que la sociedad en conjunto se sirve como puede de cada acontecimiento. Lo veo más bien como una oportunidad para dedicársela a tu pareja, para cuidar la relación y aprovechar los pequeños detalles para hacerle ver que sigues enamorado de ella, aunque, en realidad, no haga falta porque ya lo sabe y ya se lo has demostrado muchísimas veces.

No me considero un hombre extremadamente romántico pero creo más en la fuerza del amor que en muchísimas cosas. El amor es un motor poderoso y contagioso, que es mejor cuanto más crece. Tengo la fortuna de estar enamorado de mi mujer, de mis niños y, aunque suene cursi, de la vida. Feliz San Valentín a todos.

Una canción que me ha gustado bastante últimamente es Lost stars de Adam Levine, para la banda sonora de Begin again, que recientemente mi santa y yo hemos visto y que ya de camino os recomiendo. En la película actúa Keira Knightley y también Adam Levine, y la canción la cantan los dos, pero yo me quedo con la versión más desnuda y desplumada interpretada por la actriz metida a cantante. Espero os guste. Éste es mi regalo de San Valentín.

jueves, 12 de febrero de 2015

Lazzareto - Jack White

La música, ya lo he escrito antes, es muy importante en mi vida. Paso diariamente muchas, muchísimas horas enganchado a la mística y endiabladamente magnética interacción de esas siete notas y unos cuantos silencios. Me aprendo letras de canciones enteras sin ningún esfuerzo, a base de escuchar las canciones una y otra vez. Llevo haciéndolo desde casi justo después de soltar el chupete.

Tengo mis gustos, pero no son absolutos, ni mucho menos, todo lo contrario, son canjeables, moldeables y, en algunos casos, hasta efímeros, pero lo que sí es cierto es que cuando algo me gusta, y llega a apasionarme, soy verdaderamente obsesivo, o eso al menos es lo que dice la santa que me aguanta.

Últimamente mis machacados oídos están aprendiéndose o ya han casi aprendido el último disco de Jack White. Les pongo el vídeo Lazaretto por ponerles alguno, cualquiera que elija es condenadamente apropiado. Disfruten un rato.

lunes, 9 de febrero de 2015

Marilyn Monroe 26

Cuando el frío hiela hasta las ganas de salir es mejor quedarse en casa, agazapado y oculto, acomodado en el cálido bienestar del hogar. Sólo las obligaciones irremediables nos echan a la calle a combatir ese viento, que nos obliga a entrecerrar los ojos y a apretar los labios. Las manos guarecidas en los amplios y hondos bolsillos, el cuello achicado y los hombros levantados y encogidos, la espalda curvada hacia delante más de lo normal, como un intento de ovillarnos sobre nosotros mismos, como si pudiéramos asemejarnos a un caracol que se oculta en su concha.

A Marilyn Monroe le encantaban los abrigos largos.